jueves, 21 de septiembre de 2017

Lisandro

Sentada entre lágrimas de dolor inmenso, aún creyendo sentir cuando tu vida se agitaba en mi interior, mirando al cielo cuestione a Dios, por qué yo, que había buscado con tanto amor a mi bebé tenía que perderlo así, por qué si tanto te rogue un milagro no me lo diste, por qué me lo arrancaste así, dejándome vacía una vez más...  por qué ? Necesitaba una respuesta... cerré mis ojos empapados y me desvaneci en los brazos de la noche... Una voz suave y tenue me susurró al oído, Dios no castiga ni premia, Dios sabe de ante mano nuestro destino, Dios sostiene primero al más débil, Dios tomó aquel bebé indefenso, sabiendo su destino de una vida efímera quiso darle la oportunidad de ser amado y decidió que lo mejor para él era colocarlo en un vientre que lo amara sin medidas, que fuera bienvenido, acurrucado en el más inmenso amor, así Dios lo puso en tu vientre para que se sintiera profundamente deseado, para que tu amor lo ayudará a volver al cielo y para que tuviera la posibilidad de conocer el amor en la tierra, porque hubiera sido injusto no ser amado, porque tu bebé ya era un ángel... Dios te eligió entre muchas, el destino dará revancha, se hará justicia, tus lágrimas serán recomensadas. Me desperté suspirando, sin entender mucho lo que estaba pasando, sentí otra vez ese amor inexplicable por mis hijos angelados, aquellos que sólo yo sostengo en mi corazón, aquellos que ya nadie reconoce, pensé que infinito es el amor que trasciende más allá del cielo y el dolor.... todavía no puedo pararme entera, todavía no logro rearmarme, todavía estoy juntando mis propios pedazos, pero sé que soy más que todo eso, sé que tocar fondo es necesario para saltar más firme y fuerte hacia al futuro, el futuro que dará revancha...

No hay comentarios:

Publicar un comentario