jueves, 26 de enero de 2012

Así comienza mi viaje hacía la maternidad


Llega un momento en la vida en la que una "descubre" que los cuentos de hadas que escuchamos hasta el cansancio cuando éramos pequeñas no pueden adaptarse a la vida real, los tiempos cambiaron, antes la mujer ante el fracaso de no poder formarse profesionalmente, ni acceder a un trabajo, ni mucho menos a una independencia económica debía conformarse con un marido que en muchos casos ni siquiera podía elegir, pero todo pasa, la vida es un torbellino de cambios para bien o para mal. Hoy la mujer tiene otro protagonismo, profesional, independiente, dueña de su vida y decisiones, yendo y viniendo, entre tiempos cada vez más veloces, estamos conectadas a múltiples facetas, vamos y venimos, somos de acá pero también de allá.


Terminar la secundaria, decirle "chau" a la adolescencia, entrar al sistema educativo universitario, el trabajo que, dicen que dignifica, nuevas experiencias, nuevas personas, tanta adrenalina suelta y en medio de todo nos damos cuenta que hemos cruzado un puente, sí, somos mujeres, mujeres adultas, y estamos viviendo y en toda esta vorágine de emociones y experiencias, en ese vaivén en el que interactuamos socialmente se nos cruzan los del sexo opuesto y me enamoro y amo hasta el infinito hasta que el amor de desvanece en el aire... Muchas encontramos a esa media naranja que nos ha de complementar pero muchas no logramos encontrar ese complemento y no sé si somos nosotras o ellos, nuestros estilos de vida, o será que tomamos rumbos tan dispares que es imposible cruzar. No importa o tal vez sí... Un día te das cuenta que el príncipe azul pasó de largo o se confundió de princesa y mientras tanto lidiaste con todo tipo de sapo, claro repartiste besos de colores pero el príncipe no llegó, tal vez lloraste, te enojaste y pasaste por un sin fin de sensaciones. Y la vida continuó y acá estoy, profesional, con trabajo, a un paso de independizarme y sola pero descubrí que, felizmente sola porque tengo un sueño, un anhelo infinito: SER MADRE... Cuando nos planteamos una meta, sacamos un pasaje con destino directo, es un camino que puede ser más o menos empedrado, donde luchar, caer y volver a levantarse se vuelve una constante, y esta es mi ruta, la que he empezado a recorrer... así comienza mi viaje hacía la maternidad.

martes, 24 de enero de 2012

Caminando en la neblina...

Epifánico silencio a la hora del amar,
tus ensueños ya se hicieron a la mar.
Un extracto del perfume del dolor,
tus muñecas boca arriba y hacía el sol...
tus regalos deberían de llegar,
los elefantes locos, el vestido, el ajuar.
Caminando en la neblina que disipa el corazón,
los milagros en cuerpo ya serán,
las violetas de tu sangre vivirán
sobre un río enamorado, y en su andar,
tus regalos deberían de llegar,
las velas, las vajillas y tu felicidad.
Y no sabés si detenerte o llover,
y parada sobre el mundo a tus pies;
tu sonrisa que nos hace temblar,
tiempla el mundo que no entiende al final.
Ese beso de la vida, la sútil melancolía,
el momento cuando piras, los espacios donde miras,
y las gotas de tu lluvia se irán...
Y otra vez en la secuencia de lo pétalos que caen,
se decubren los misterios de azar
y las manos que se encuentran en la flor,
la bestial naturaleza del amor.
Tus regalos deberían de llegar,
si todo se termina todo vuelve a empezar.
La mañana que se viene es una extraña sensación
que refleja en los espejos del tiempo;
y la niña acurrucada en el rincón
es la chica contra la furia de dios;
tus regalos deberían de llegar,
no es mucho lo que tengo para darte, mirá...
Y no sabés si detenerte o llover,
y parada sobre el mundo a tus pies;
tu sonrisa que nos hace temblar,
tiemba el mundo que no entiende al final.
Ese beso de la vida, la sútil melancolía,
el momento cuando piras, los espacios donde miras,
y las gotas de tu lluvia se irán...
y tus regalos deberían de llegar,
y las gotas de tu lluvia se irán...

lunes, 23 de enero de 2012

Madres solteras y famosas

Si bien estas mamás no son solteras por elección pero han logrado salir adelente por sus hijos ocupando el lugar de padre y madre a la vez.

Son madres solteras... y famosas

Por: Eunice Martínez Arias
Criar un hijo sin padre se ha vuelto común dentro de la farándula.
El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- Su condición de artistas no las excluye de tener problemas y mucho menos de tener que sacar adelante a sus hijos a falta de un marido que las apoye.
Y es que luminarias como Gloria Trevi, Fabiola Campomanes, Sharis Cid, Stephanie Salas, Edith González y próximamente Érika Buenfil, tienen que cumplir con el papel de padre y madre, situación cada vez más común en el medio de la farándula.
Unas están solas por convicción, otras porque la vida las orilló a divorciarse y las más porque quienes fueron sus parejas no les respondieron. Pero esto no ha sido impedimento para que estas mujeres le den a sus hijos todo lo que necesitan: vestido, sustento, educación y sobre todo, amor.
“Su ángel de la guarda” (Gloria Trevi) Los brazos de Ángel Gabriel se extendieron para recibir a su madre, Gloria Trevi quien descendió de un avión privado, en un emotivo reencuentro luego de ocho meses que permanecieron separados por los barrotes de una prisión... él, su pequeñito de casi tres años de edad, el que procreó con Sergio Andrade, es el motor que ha movido a la regia para hacerle frente a sus problemas.
En las entrevistas que ha dado luego de su salida del reclusorio de Chihuahua, la intérprete de Pelo Suelto señala que trabajará mucho para darle lo necesario a su niño y que nunca se separará de él. Con pareja o sin ella, lo sacará adelante.
Admirable (Sharis Cid) Sharis Cid tenía 16 años cuando se casó y se convirtió en madre, pero se divorció 20 meses después de haber contraído nupcias, por lo que tuvo que ayudarse de sus padres para cuidar a su niña, ahora de 14 años.
Esta actriz que participara en Amy, la Niña de la Mochila Azul, sabe lo que es criar a los hijos sin una figura paterna, por eso admira tanto a las mujeres que se atreven a tener a sus bebés pese a que no les cumplen. “Las madres solteras dicen: me embaracé, ¡adelante!, el otro no quiere nada pero yo me aviento. Eso es un acto de valentía”.
Rockera “a toda ma...” (Ale Guzmán) Alejandra Guzmán está orgullosa de su condición de madre soltera, incluso se proclama una “madre a toda ma...”.
En 1992, interrumpió temporalmente su exitosa carrera para tener a Frida Sofía, producto de su relación con Pablo Moctezuma, pero durante los 14 años de la niña siempre han estado solas.
“La reina de corazones” ha dicho que la educación de Frida es lo que más le preocupa, también que no le gustaría ser el tipo de mamá que no deja que sus hijos se realicen, o más aún, de las que les pegan.
"Deseo que cuando ella crezca, sea lo que quiera ser; yo siempre respetaré su individualidad, eso lo tengo bien claro".
Big esfuerzo (Fabiola Campomanes) Participar en Big Brother fue una gran experiencia, una experiencia que no la privó de seguir trabajando por su hija Sofía y de buscar el sustento de la casa. Así es, luego de abandonar el reality show de Televisa, todo volvió a la normalidad para Fabiola Campomanes: buscar diariamente oportunidades de sobresalir y dedicarse al cien por ciento a su pequeña, quien acaba de pasar al sexto grado de primaria.
“Sí ha sido difícil (ser mamá joven), creo que como el caso de muchas madres, que te toca salir a trabajar y a buscar ahora sí que el sustento para la casa”.
Ni la primera, ni la última (Érika Buenfil) La concibió en un acto de amor, pero a final de cuentas el hombre del que estaba enamorada no le respondió cuando le dijo que iba a tener un hijo suyo. "No seré ni la primera ni la última que decida ser madre soltera, así es que no tengo nervios, mucho menos miedo. Si Dios quiso que pasara en este momento, está bien y lo acepto con gusto", expresó Érika Buenfil.
Aunque se ha negado a revelar el nombre del padre, la rubia dijo que es alguien ajeno al medio artístico y que no se trata de Luis Miguel, como se rumoró en algunos medios de comunicación. "No existe una relación formal con esa persona, así que decidí que seré yo el papá y la mamá de la criatura".
Bebé de “madera” (Edith González) La noticia corrió como pólvora: Edith González dejaba Mujer de Madera porque estaba embarazada. De inmediato comenzaron a manejarse los nombres de los posibles padres, entre los que se mencionó al jefe capitalino Andrés Manuel López Obrador, pero ella jamás “soltó prenda”.
La también protagonista de Corazón Salvaje dio a luz a una niña el 18 de agosto, en un hospital de la ciudad de México. Todo lo del parto también lo mantuvo en secreto, únicamente atinó a decir que su bebé nació sana y que heredó los ojos azules de su madre.
Se esconde “El Sol” (Stephanie Salas) Lo decía la prensa, sus fans, la gente... pero ni aún así Luis Miguel aceptó ser el padre de Michelle, hija de la rockera Stephanie Salas.
Durante 15 años, la nieta de Silvia Pinal se ha hecho cargo de la chica sin pedirle nunca nada al “Sol”, incluso le molesta que los medios la acosen con preguntas de ese tipo. “...siempre he cargado con el peso de la prensa en ese sentido, por todo lo que se pueda saber alrededor de mi primera hija, pero ya saben que eso lo mantengo muy aparte, para mí merece un respeto infinito, son mis hijas, es la parte íntima de mi casa y yo saco adelante a mis hijas. Y son unas niñas hermosas”.
Qué bárbara (Ana Bárbara) La cantante Ana Bárbara es otra de las mujeres mexicanas que ha podido compaginar su carrera y fortuna con la experiencia de convertirse en mamá. Su pequeño Emiliano representa todo para ella.
Asegura que no hay "felicidad más grande que la de sentir que hay un bebé dentro de ti, que crecerá y dependerá de tu amor y tus cuidados para todo".
-El hecho de que no esté el papá del niño contigo, ¿en qué forma afecta tu vida?
-Tengo a Dios a mi lado y confío en que todo irá bien. Tengo fe y confianza. Y también considero que, una separación es mejor que convivir sin un buen entendimiento mutuo. Cuando ya no van bien las cosas, es muy sano decir adiós.
Se hacen cargo Otras de las artistas que están solas al cuidado de sus pequeños son:
-Karyme Lozano. Hace cuatro años, la actriz de cine y televisión procreó a Ángela con Aitor Iturrioz, este último quien llegó a decir que sólo lo buscó porque ella quería tener un hijo.
-Vanessa Guzmán. Lo que inició como una bella relación que dio como resultado un niño, finalizó con un sin fin de dimes y diretes entre Vanessa Guzmán y Eduardo Rodríguez quienes se pelearon innumerables veces ante los medios de comunicación, el cuidado de su hijo. Finalmente la chihuahuense es quien lo tiene consigo.
-Maribel Guardia, quien tiene un hijo fruto de su relación con Joan Sebastian. La popular cantante declaró que se arrepiente de no haber tenido más hijos, “pues el amor que sientes por un hijo no se compara con nada y eso que me he entregado con todo a muchos hombres”.
-Ninel Conde. La despampanante cantante estuvo casada con el actor Ari Telch, padre de su hija Sofía, pero luego del divorcio y de disputas por la custodia, Ninel ha estado sola a cargo de ella.
-Adriana Cataño. La escultural actriz ha asumido sola la maternidad de su niña luego de que el padre -Jorge Salinas- se negara a reconocerla. Debido a esto, la bella modelo tuvo que probarlo ante la corte con exámenes de ADN.
-Sofía Vergara. El amor de su vida es su hijo Manolo. Sofía se casó a los 18 años con su primer novio y tuvo a su hijo poco después. Su matrimonio fue muy breve.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón

domingo, 22 de enero de 2012

Esperando un milagro


Estarás esperando
que un puñado de estrellas
te vaya a buscar
o estarás atascada
en el borde del cielo
y no puedes saltar
no sé, no sé...

Estarás confundida
y no sabes la ruta
que viene hasta aquí
O será simplemente
que no quieres venir.

Qué será que no llegas
este mundo ya es duro
y más duro sin ti
¿Qué será? ¿Por qué tardas?
¿Por qué pasan los años
y no estás aquí?

Corre, salta, despega
dale cura a este amor
que no sabe morir
No me niegues la risa
tócame con las alas
milagro de abril.

Has venido mil veces
entre sueños te he visto
jugar por aquí
Pero igual
que los peces
al tratar de tocarte
te arrancas de mí
¿Por qué, por
qué?

No será que te escondes
porque tu corazón desconfía de mí
y será simplemente
que no quieres venir
Qué será que no llegas
suelta al fin las amarras
y ven hasta aquí
Deja de ser poema
y transfórmate
en carne
semilla y candil
Corre, salta, despega
dale cura a este
amor que no sabe morir
No me niegues la risa
tócame con las alas

milagro de abril.

Criar sin padre

GRACIAS  Violeta Alcocer por el presente artículo

Son diversos los caminos por lo que una mujer llega a tomar la decisión de tener un hijo de un donante anónimo.

En realidad, muchas de las dificultades que se va a encontrar una mujer que por decisión propia concibe un hijo sin figura paterna (es decir, mediante inseminación de un donante anónimo), son las comunes a muchas otras madres, padres o parejas con hijos, ya estén juntos o separados, pues son dificultades inherentes al desarrollo del niño y a los cambios que conlleva la crianza.

Otras dificultades van a ser las mismas que tienen las mujeres que viven solas con sus hijos tras una separación, e incluso algunas mujeres que viven en pareja pero de forma disfuncional.

Quiero decir que hay algunos elementos, conflictos y dificultades que no son exclusivos de esta situación sino que son comunes a la crianza, aunque la forma de abordarlos sí puede ser distinta porque hay que tener en cuenta cada situación particular.

Sin embargo, sí creo que hay una variable diferenciadora en esta situación (situación que se deriva de una elección personal) y es el hecho de que, si bien ha habido un hombre en esta historia, la figura paterna no existe ni ha existido y que el deseo de tener un hijo no ha surgido de una relación de pareja.

Esto representa un matiz diferencial respecto a otras situaciones en las que pueda haber una ausencia de alguien que sí estuvo presente en algún momento, un duelo, etc…

Tipos de familias-

Partimos de la base de que en la naturaleza humana son necesarios dos géneros para la reproducción. Casi todas las características fisiológicas del ser humano tienen una funcionalidad y determinan unas conductas. En el caso del género, es obvio que el apareamiento (o alguna técnica que lo sustituya) es la única conducta que garantiza la perpetuación de nuestra especie. Así que cientos de mecanismos a todos los niveles van a estar funcionando para que tenga lugar ese apareamiento.

De ahí que la estructura clásica de familia se constituya en torno a un hombre y una mujer, un macho y una hembra.

Sin embargo, en nuestra sociedad actual y en el mundo en el que vivimos, los seres humanos hemos trascendido a nuestros “objetivos biológicos” gracias a la capacidad de las personas de vincularnos entre nosotras y establecer alianzas vitales muy variadas y que van más allá del mero afán de procreación.

De este modo, una familia puede tener diferentes formas, todas ellas resultado de la combinación de ambos géneros

En realidad, cualquier forma de familia es válida para tener descendencia, siempre y cuando garantice el correcto desarrollo del niño y la satisfacción de sus necesidades y derechos a todos los niveles: físico, emocional, social , etc..

Lo importante no es tanto la figura masculina o femenina, sino un tipo de crianza que posibilite al niño un desarrollo adecuado a cada edad, de la mano de una o varias figuras de apego.

Por eso, sea cual sea nuestro tipo de familia, tenemos que intentar garantizar al niño los recursos para que pueda desarrollarse de forma óptima. Y esa garantía se la podemos ofrecer desde cualquier estructura familiar, siempre y cuando conozcamos cómo tiene lugar ese desarrollo y qué necesidades nos vamos a encontrar.

El bebé humano y el niño humano tienen unas necesidades y unos hitos de desarrollo que son comunes a toda nuestra especie , independientemente de cómo hayan sido concebidos o del tipo de familia que tengan. Estamos hablando de necesidades universales del bebé humano y de hitos del desarrollo universales del niño humano.

En general, las dificultades que nos vamos a encontrar en los primeros años de crianza en este tipo de familia, van a tener que ver con la necesidad del niño de formarse una idea sobre su origen y más adelante, la necesidad de superación de la etapa puerperal y el paso de la relación fusional a una relación mediada por separaciones y encuentros.

Estas dificultades se van a ver entonces:

-A la hora de pensar y explicar el origen de nuestro hijo.
-Al finalizar el puerperio, en el momento en que nuestro hijo comienza a construir su identidad como ser separado de nosotras.

El donante- Los orígenes.

Lo primero que vamos a hacer es pensar en esta situación, es decir la forma en la que nuestro hijo ha sido concebido, lo que nos llevó a desear concebirlo de esa manera. Es importante pensar en ello porque es a partir de ahí desde donde vamos a ir construyendo una historia personal, un concepto, una forma de entender nuestras decisiones que antes o después nuestro hijo va a necesitar conocer.

El punto de partida individual previo a la concepción es muy importante porque va a determinar la relación personal que nosotras vamos a tener con esa figura anónima.

Ese otro nunca puede ser inexistente porque sería faltar a la verdad. Pero tampoco es una figura paterna. Es una figura que ha participado para hacer posible la concepción, pero que no ha tenido implicación emocional en la misma salvo la generosidad de donar su código genético para hacer realidad nuestro deseo de tener un hijo.

En realidad, al ser anónima, la figura del donante se presta a tener mil caras, tantas como nosotras podamos “colocarle” inconscientemente, generando muchas ambivalencias que no siempre vamos a saber resolver bien y que nos pueden llegar a inquietar.

Es importante trabajar esta figura desde “una misma”, porque ese trabajo le va a dar a la madre un discurso respecto a sus que es muy importante.

Cómo resolver las preguntas de nuestros hijos sobre sus orígenes.-

A los niños hay que decirles la verdad. Pero a veces, la verdad tiene muchos matices, y este es uno de esos casos. Porque la palabra “papá” o “padre” va a estar significando, en ocasiones, cosas diferentes para nosotras y para un niño. Va a depender de su edad y su capacidad de simbolizar y comprender conceptos abstractos.

En un momento determinado, el niño va a empezar a intentar construir su identidad .Y en ese momento, el niño se va a preguntar de dónde viene de él, de quiénes viene y de qué manera.

Nuestra respuesta va a depender del momento evolutivo del niño y de lo que el niño necesita saber exactamente. Tenemos que intentar averiguar qué nos está preguntando nuestro hijo cuando nos pregunta por “papá”.

-Puede que lo que necesite saber es si hubo alguien más de mamá que participó del alguna manera en su venida al mundo.
-Puede que quiera saber si ese alguien es un hombre y cómo es ese hombre.
-Puede que quiera fantasear con el rostro de ese otro.
-Puede que quiera saber si tiene más hijos.
-Puede que quiera saber por qué no está.
-Puede que quiera saber si él puede establecer vínculos con otras personas además de su mamá.

Hasta los cinco-seis años aproximadamente no está instalada la función simbólica en su totalidad. Hasta ese momento, el niño tiende a pensar en “imágenes concretas”, es decir, que para simbolizar (para representarse mentalmente algo que no está presente, un concepto, etc..) tiene que hacerlo remitiéndose a lo concreto, así que tenemos que proporcionarle la posibilidad de imaginar a alguien “concreto” para poder elaborar desde él esa figura.

Puede que necesite imaginarse a una persona con algunas características conocidas (la barba del tío Antonio, la estatura del papá de mi amigo, la sonrisa del abuelo) para poder “pensar” en esa figura de alguna manera.

Según va teniendo lugar el desarrollo cognitivo, el niño va a poder ir manejándose con conceptos más abstractos y elaborar sus vivencias y sus preguntas sobre sí mismo y su realidad desde un tipo de pensamiento más evolucionado.

De la díada al nacimiento del yo.-
El largo puerperio.- Los dos primeros años.

El puerperio es la etapa que se sucede al parto. Esta etapa tiene unas características propias, únicas en la vida de las mujeres y que sólo pueden tener lugar, en toda su magnitud emocional y fisiológica, tras un alumbramiento. Durante el puerperio, todo el organismo de la madre la predispone a integrarse en y con el funcionamiento físico y mental del recién nacido.
Este estado que llamamos puerperio es evidente en los momentos y meses inmediatamente posteriores al parto, pero se alarga hasta el momento en que el bebé es capaz de percibirse a sí mismo como una persona separada de la madre, es decir en torno a los dos años (meses arriba, meses abajo).
Desde que nace y hasta ese momento en torno a los dos años (insisto, meses arriba, meses abajo) , el bebé “existe” , es decir, “es” gracias al ingreso y la participación del territorio emocional de un otro, idealmente su madre.
Hasta ese momento, el hecho de que el bebé no tenga aún una noción concreta del “yo”, mantiene a la madre prendida en la entrega puerperal: asumiéndose a sí misma como un universo entero para su hijo, ofreciéndole su estructura y su capacidad integradora y difícilmente conectada con nada que quede fuera de esa relación o que no pase a través de la misma.
Al igual que el bebé comprende el mundo a través de la madre, ella conecta con lo real a través del hijo que aún está prendido de ella.
Si todo va bien, es decir si el bebé crece con una participación real en el campo emocional materno si cuenta con una madre continente y empática, alrededor de los dos años sucederá uno de los hechos a mi entender más mágicos de la vida psiquica del ser humano, que es el nacimiento del “yo”.
Es el momento en el que de forma natural el bebé comienza a tener una noción del sí mismo, empieza a tener una noción de identidad y una necesidad de establecer vínculos sólidos con otras personas que no sean la madre.

Pero para poder separarse de la madre para crecer (sin sentir que la abandona), el niño necesita, al mismo tiempo, que la madre sea capaz de vincularse también con otras personas además del hijo.
Y es en ese momento cuando los hilos invisibles que unían a madre e hijo se transforman.
Es fácil saber cuando sucede este cambio, porque por lo general los pequeños se abren al mundo espontáneamente, como flores, buscando y permitiendo el establecimiento de nuevas relaciones y experiencias fuera del ámbito materno.
Este momento, de cambio a niveles muy profundos en el niño (no en vano es la etapa de las rabietas), requiere y exige de nuevo un ajuste por parte de la madre, que se enfrenta a nuevos retos.
Por una parte, la madre experimenta un retorno (paulatino) a lo real. Como si despertara de un sueño, terminara un largo viaje, concluyera una etapa… las gotas de lo real van cayendo sobre ella e invitándola a volver la mirada hacia algunos aspectos de su mundo, su existencia, que hasta ahora permanecían casi dormidos:
- La soledad (esa que es intrinseca a la existencia), pues así como aprendimos a tolerar que otro ser humano (nuestro hijo) anidara en nuestro cuerpo primero y después en nuestra emoción… deberemos aprender a dejarle volar cuando lo necesite y comprender que puede amar, recibir y darse también a otras personas que no somos nosotros.
- A sus deseos y necesidades hasta ahora en un segundo plano y ahora quizá dolorosamente más conscientes. Se impone la búsqueda de un nuevo equilibrio, entre el deseo propio que renace y el niño que tenemos (con sus nuevas necesidades de nosotras) de nuevos códigos, nuevos compromisos. A veces, en este momento aflora de nuevo el deseo de otro hijo.
Se inaugura, en definitiva, una nueva manera de “estar” con ese bebé que ahora va camino de ser niño y al tiempo, una nueva manera de estar con una misma , un nuevo lugar en el mundo.

Salir de la díada.

Uno de los primeros problemas que nos vamos a encontrar en la crianza con nuestros hijos va a ser en torno a esta salida del puerperio.

Es la primera vez en la vida del bebé en la que las separaciones físicas pueden ser beneficiosas para ambos, porque ese bebé ya existe de forma emocionalmente independiente de la madre y puede tolerar su ausencia porque puede vincularse “desde él” a otras personas, enriquecerse de ese intercambio y volver luego a la madre más nutrido, con nuevas experiencias, elecciones personales, etc..

Por lo general, es la figura paterna (o la pareja) la que favorece y permite que tenga lugar esa nueva dinámica en la relación pasando de la díada a la tríada. La madre vuelve a recuperar la relación con la pareja y el bebé puede inaugurar un vínculo con el padre más sólido. Así cambia totalmente la dinámica de la familia.

Cuando no hay figura paterna (o cuando la pareja se ha separado demasiado durante los primeros años de crianza), salir de este funcionamiento de “dos fusionados” es más difícil, a menos que la madre sea consciente de la necesidad de permitir la participación de otros en la vida del hijo y en la suya.

Pero ojo, esto no significa que tenga que haber interferencias entre ambos, madre e hijo ni que su relación y sus vínculos pierdan calidad o fuerza. Esto lo que significa es que madre e hijo tendrían que ir compartiéndose a sí mismos con otras personas según van madurando en su relación. Aceptando la inclusión de otros en la vida de la madre o en la vida del hijo.

A veces, a estas edades las preguntas, los juegos y necesidades de los niños en torno al padre se refieren más a la posibilidad de pertenecer o tener que ver también con otro (u otros) que no sea mamá que a la necesidad de tener un padre real.

Si no establecemos una forma nueva de vincularnos con nuestros hijos, es decir si no permitimos que entre nadie más en nuestra vida emocional ni en la vida de nuestros hijos, permanecemos en un intercambio emocional en el que al no haber otro, nos poseemos mutuamente al 100%.

Este “estar referidos el uno al otro constantemente”:

Para nosotras significa que:
-Cubrimos todas nuestras necesidades emocionales con el amor de nuestro hijo y a través del rol materno.
-Convertimos a nuestro hijo en la persona responsable de cubrir esas necesidades.

Para el niño significa que:

-Se siente responsable del bienestar emocional materno.
-No se permite a sí mismo separarse o desarrollar su propia identidad a través de las relaciones con otros, porque percibe que la está traicionando.
-Permanece identificado con la madre y desarrollándose “para ella” , no por él mismo.

Por eso, la dificultad quizá más importante que podemos encontrarnos cuando llega este momento no es tanto el hecho de que no haya una figura masculina, sino el hecho de que no tengamos otros referentes emocionales salvo nosotros mismos.

Desde la omnipotencia (yo sóla puedo con todo y se lo puedo dar todo a mi hijo) es imposible vivir y menos aún criar a un hijo y ofrecerle una relación emocional sana y unos vínculos sanos.

Desde el punto de vista educativo, no hay ninguna diferencia entre este tipo de familia y cualquier otra, pero nos vamos a encontrar una serie de situaciones en las que vamos a echar de menos la existencia de un otro, sobre todo a partir de los dos años de edad porque es el momento en el que vamos a empezar a tener más conflictos con nuestros hijos.

Echaremos en falta un “alguien más” :

-Para poner en común puntos de vista sobre la educación y la crianza, contrastar opiniones, tomar decisiones, etc..
-Para apoyarnos/descansar en la relación con nuestro hijo.
-Para tomar el relevo cuando hay conflictos.
-Soporte emocional.
-Apoyo logístico.
-Separador emocional.

En el resto de aspectos educativos: la gestión de los límites, el acompañamiento emocional del niño, autonomía, autoestima, cooperación en casa, etc… las recomendaciones son las mismas que para cualquier otro tipo de familia.

Cómo incluir a otros en nuestra vida.

-A través de la familia extensa.
-A través de la red social.
-A través de la pareja.
-Aumentando la familia.
-Intereses personales, aficiones, proyectos nuevos que nos hagan vibrar.

Violeta Alcocer

Cuando seas de mí

Cuando seas de mí
y pueda yo vencer
esta timidez
de no poder llenar
tu vientre de algodón,
tu boca de cereal,
el grito del placer
de nuestra languidez.


Cuando seas de mí
y tenga oscuridad
para poder hundir
mi lágrima en el ser
que no quiere nacer
y lo siento llorar
en el rincón extraño
de nuestra desnudez.


Vivirás
mi cisne de cartón,
sobre el mar
sobre el fuego
mi niñez y la herida de tu voz.
Vivirás
mi cisne de color,
en el lago de mi tiempo criminal
con tu pico entre mi voz.


Cuando seas de mí
y crezca la vejez
te acunaré en el sol
amándote los pies
haré que muera todo
y vuelvas a crecer
y con licor de auroras
te limpiaré la piel.


No muere quien se va
ni nace el que no vio
cuando seas de mi
molino de un trigal
seré el ciego que va
a descansar su sed
sobre la puerta abierta
de un lecho sin tender.


Vivirás
mi cisne de cartón
y la danza de los pájaros
que hice
girarán sobre tu voz.
Vivirás
mi cisne de color
y la noche tenderá su lana negra
con mi última canción.

sábado, 21 de enero de 2012

Para mis hijos

Para mis hijos
Sí, para mis hijos todo mi tiempo
mi amor y mis sentidos
Todos los trucos, mi pecho
Y mi conciencia
Todos los sueños y toda mi presencia
para mis hijos
Sí, para mis hijos
Todos mis callos y todos mis delitos
Todas mis horas y todo lo infinito
Mis necedades, y requisitos
para mis hijos
No quiero adversidades
Los quiero claros, sinceros y gigantes
para mis hijos
No quiero enemistades
Los quiero gratos
sonrientes y brillantes
para mis hijos
No quiero oscuridades,
los quiero listos, precisos y pensantes
para mis hijos
no quiero ser sobrante
Los quiero buenos, humanos y triunfantes
para mis hijos
Sí, para mis hijos
Hazme brillante, genial y muy
paciente, hazme precisa,
jovial e inteligente
Hazme una buena madre alegre y eficiente

Así de simple...

No soy mujer que finja palabras y sentimientos!!!! No soy mujer cobarde, que huye del viento... soy como soy, asi con algunos defectos; pero sólida y firme como las rocas del mar en movimiento. No soy mujer que se rinde; tampoco soy mujer que e tiende sumisa; soy como soy; así libre, individual, ÚNICA... Hago lo que siento, y no hay nadie que me deblegue a sus deseos derrotándome si yo no quiero... No soy mujer con miedos... No soy mujer caprichosa; soy como soy así sencilla; y prefiero los sentimientos sinceros antes que la hipocresía... Me considero una dama; soy como soy, muchas veces seria, ácida, y hasta odiosa; pero tambien soy amor, soy dulzura sólo con aquellos que tocan mi corazón; por momentos soy bien alocada; pero siempre a la altura y bien situada... soy como soy, esa soy yo!!!! asi de simple ;)